El estragón o tarragón (en nomenclatura de Linneo Artemisia dracunculus) es una planta de la familia de las Asteraceae, encontrando cierta familiaridad con el ajenjo. En el sur de Europa se encuentra como planta salvaje, pero en los países del norte de Europa se cultiva y se le da nombres de sus países. De esta forma se tiene la variedad germánica, francesa, rusa, etc (difieren sólo en el aroma y el sabor). La planta llega a crecer desde 60 a 120 cm. El origen de la planta no está muy claro, pero se apunta a Asia Central y probablemente Siberia, se desconoce la introducción de esta planta en Europa.
En la Edad Media esta planta era conocida en algunos países como tragonia y tarchon (posiblemente por su origen griego: ταρχων [tarjon]), siendo de creencia general que provenía del idioma árabe, cuyo nombre es tarkhun (طرخون). Este puede ser el origen etimológico de la palabra en castellano estragón o tarragona.
En el edicto de Carlomagno Capitulare de villis vel curtis imperii aparece mencionada una hierba denominada dragantea, pero no queda claro que sea el estragón.
Tiene acciones eupépticas, carminativas y emenagogas. Se usa en digestiones pesadas, regulación de los períodos menstruales, en meteorismo, hipo, anorexia e inapetencia alimenticia.
La raíz también ha sido utilizada de forma tópica en mordeduras de perros y serpientes. Y las hojas frescas tienen uso en dolores artríticos y prevención de accidentes vasculares. Se encuentra en diferentes específicos y preparados, para su administración en forma de cataplasmas, baños para pies y manos en dolor artríticos, rodeado de gasas para dolor de muelas, y en infusiones.