El coyote es un animal con gran capacidad de adaptación y prácticamente omnívoro. Caza conejos, roedores, peces, ranas e incluso venados, y tampoco le hace ascos a los insectos, las frutas, la hierba y la carroña. Muchos rancheros y agricultores le consideran una plaga destructiva, ya que a veces mata corderos, terneros y otras clases de ganado.
El coyote es un cazador formidable cuando actúa en campo abierto, donde puede hacer uso de su aguda vista y de su gran sentido del olfato. Es además capaz de alcanzar corriendo una velocidad de 64 kilómetros por hora. Durante el otoño y el invierno, se reúnen en manadas para cazar con más eficacia.
Los coyotes forman sólidos grupos familiares. Al llegar la primavera, las hembras se retiran a sus guaridas y dan a luz a camadas de entre tres y doce cachorros. Ambos padres se encargan de alimentar y proteger a sus crías y de guardar su territorio. Los cachorros son capaces de cazar por sí mismos al siguiente otoño.
Los coyotes son parecidos a los lobos, aunque de menor tamaño, por lo que en Estados Unidos se les conoce también como lobos de las praderas o lobos de la maleza. Se comunican mediante un aullido característico, que por la noche a menudo se convierte en un estruendoso coro canino.