Por norma general, son animales de hábitos nocturnos y todas matan a sus presas ahogándolas al enrollarse alrededor.
Las boas se clasifican en dos familias, los pitones y las boinae. Ambas pertenecen al grupo de las henophidias.
La serpiente boa no tiene colmillos y no es venenosa. Además, no suele atacar al hombre. Su principal función en el ecosistema es reducir los roedores que afectan principalmente a la agricultura.
Las boas es un animal amenazado, ya que su número que ha ido reduciendo considerablemente con el tiempo, por lo que su población debe ser controlada.
La boa constrictora tiene un tamaño inferior al de la anaconda, sobre los 3 o 5 metros. Su color puede variar entre el canela, el pardo oscuro y el negro, que corresponden a los colores de los árboles por los que se desliza este animal.
La boa es una serpiente mansa, todo lo contrario a su familiar la anaconda. La boa constrictora es la segunda serpiente en tamaño que existe en América, es un animal que se domestica con facilidad.
Aún así, tiene varias características comunes como que son constrictoras y no venenosas. Ambas pueden estar dentro del agua y son buenas nadadoras, aunque la boa prefiere el medio terrestre. Las dos se preocupan de sus hijos, una vez ya han nacido. Las dos tienen el ligamento elástico en la boca que les permite engullir animales de mayor tamaño que ellas.
Las boas son animales nocturnos y pueden cazar con poca luz. Tienen detectores térmico en sus labios que les permit
caliente.
Las boas constrictor son animales ovovíparos, que significa que los huevos se mantienen en los genitales de las hembras hasta que brota.
Son reptiles de alto valor comercial debido a que son animales llamativos por sus colores. Son capturados por su carne y para tenerlas como animal doméstico, pero principalmente por su piel, que es utilizada en la elaboración de productos man.